Pelar un tomate, una papa o una manzana puede parecer una tarea simple. Pero quienes cocinan a diario —y especialmente quienes lo hacen con atención al detalle— saben que la herramienta marca la diferencia. En este artículo hablamos sobre los peladores fabricados en Solingen, y por qué no todos son iguales.
¿Por qué no pelar con un cuchillo común?
Usar un cuchillo de cocina para pelar puede funcionar… hasta cierto punto. Pero incluso un cuchillo afilado tiene limitaciones para este tipo de tareas:
- Mayor riesgo de cortes accidentales, especialmente si se trabaja rápido.
- Pérdida de parte comestible del alimento: se quita más de lo necesario.
- Menos control, especialmente con formas irregulares o superficies blandas.
Un buen pelador permite un movimiento suave, seguro y continuo. Y cuando es de calidad —como los de Solingen—, no solo facilita el trabajo, también mejora el resultado final.
¿Qué tipos de peladores existen?
Los peladores se diferencian por la posición de la cuchilla y el uso específico para ciertos ingredientes. Aquí explicamos los tres más comunes:
- Pelador transversal (horizontal)
También llamado pelador Y. Su cuchilla está colocada de forma perpendicular al mango, como una “T”.
- Ideal para papas, zanahorias, pepinos.
- Muy cómodo para pelar con movimientos hacia uno mismo.
- Rápido y eficiente en manos acostumbradas.
- Pelador longitudinal (vertical)
Con la cuchilla en línea con el mango.
- Más intuitivo para quienes están acostumbrados al movimiento de un cuchillo.
- Útil en frutas redondas como manzanas, peras, kiwis.
- Mejor control en curvas y zonas pequeñas.
- Pelador especial para espárragos o pelado fino
Diseñado con una cuchilla más delgada y afilada, especialmente útil en ingredientes delicados.
- Perfecto para espárragos verdes o blancos.
- También útil para rallar finas capas de limón (zesteado).
- Recomendado cuando se quiere preservar al máximo la pulpa.
En Corte Alemán encontrará todos estos modelos, fabricados en Solingen con acero inoxidable de alta calidad y mangos ergonómicos, diseñados para durar y resistir el uso diario.
¿Qué diferencia hace uno bueno?
Un pelador barato suele tener cuchillas poco precisas o incluso sin filo. Esto obliga a hacer más fuerza, provoca cortes irregulares, y termina siendo frustrante. En cambio, los peladores alemanes de calidad:
- Cortan con suavidad, sin esfuerzo.
- No dañan la piel del alimento ni la pulpa.
- Reducen el desperdicio.
- Son fáciles de limpiar y mantener.
Algunos modelos incluso incluyen función doble, con cuchillas intercambiables o reversibles para diestros y zurdos.
¿Para quién es recomendable?
- Hogar: cualquier persona que cocine con frecuencia y valore eficiencia.
- Profesionales: cocinas con alto volumen de preparación.
- Pastelería y presentación: cuando se busca estética en frutas, verduras o pieles decorativas.
¿Y cómo cuidarlos?
- Lávelos a mano, especialmente si la cuchilla es móvil.
- No los deje húmedos en el cajón.
- Evite golpes o presiones que puedan deformar la cuchilla.
Un pelador de Solingen bien cuidado puede durar años sin perder precisión.

